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Israel construirá 2500 nuevas viviendas en asentamientos judíos en Cisjordania

Por Walter Calabrese*

Nada parece indicar que la situación de los palestinos vaya a cambiar, ni que sus reclamos en los organismos internacionales sean escuchados para que efectivamente se tomen medidas para frenar el avance del Estado de Israel sobre sus territorios. Benjamín Netanyahu, envalentonado por el apoyo incondicional de EEUU, con el traslado de su embajada a Jerusalén, ha derribado todas las barreras democráticas para avanzar en su política de asentamientos sin tener ninguna consideración sobre los derechos humanos.

En esta semana, el ministro de Defensa israelí, Avigdor Lieberman, anunció que pondrá en marcha un plan para la construcción de 2.500 viviendas en las 30 colonias del territorio de Cisjordania. «Las 2.500 nuevas viviendas que vamos a autorizar durante el comité de planificación la semana próxima se construirán inmediatamente en 2018», sostuvo en un comunicado, indicando, además, que solicitará la aprobación para la instalación de otras 1.400 viviendas en una segunda etapa.

La política de construcción de asentamientos israelíes en territorios palestinos es considerado desde hace años por la comunidad internacional como un acto ilegal y el principal obstáculo que limita la paz en la región. Los asentamientos en Cisjordania lesionan toda posibilidad de reactivar las conversaciones de paz entre israelíes y palestinos, que siguen estancadas desde 2014. Los palestinos anhelan conformar con Cisjordania, Jerusalén Este y la Franja de Gaza un Estado que goce del respaldo de la comunidad internacional, y considera que los asentamientos que Israel sigue construyendo en los territorios ocupados en la guerra de 1967 son ilegales. Las cifras sobre la ocupación hablan por sí mismas, unos 500.000 israelíes viven en Cisjordania y en Jerusalén Este, donde viven más de 2,6 millones de palestinos.

Por su parte, Israel niega que esos asentamientos sean ilegales y desconoce las voces de rechazo que vienen del exterior. Redobla su apuesta sosteniendo que el diferendo debería resolverse en las conversaciones de paz con los palestinos. «Promoveremos la construcción en toda Judea y Samaria, desde el norte hasta el sur, en pequeñas y en grandes comunidades», asegura Lieberman, recurriendo a los pasajes que aparecen en la Biblia para referirse a Cisjordania.

En ese contexto, los palestinos se niegan a retomar a las negociaciones de paz, exigen que se cumplan ciertas condiciones, entre ellas, la paralización de los asentamientos y del crecimiento de las colonias israelíes. Este martes, el ministro de Relaciones Exteriores palestino, Riyad Al Maliki, denunció ante la Corte Penal Internacional (CPI) que las colonias israelíes representan la «amenaza más peligrosa para la vida de los palestinos y sus medios de subsistencia».

Asentamiento israelí de Givat Zeev en Cisjordania  Imagen: AFP

La inmunidad de Israel depende de su mayor aliado

El Estado hebreo no parece inmutarse ante el clamor internacional luego de la respuesta desproporcionada del ejército israelí cuando dio muerte a 60 manifestantes palestinos durante la jornada de protesta en la frontera de la franja de Gaza. El espaldarazo de Trump al ratificar su apoyo con el traslado de la embajada a Jerusalén, junto con Guatemala y Paraguay, lo hace inmune de cada acción que emprende el ejército israelí o en la continuidad de la política de asentamientos en tierras de los palestinos.

Tampoco parece afectarle a Netanyahu las denuncias realizadas en distintos foros globales, desde el Consejo de Seguridad de la ONU hasta la Organización de Cooperación Islámica, han llegado exigencias internacionales de rendición de cuentas a Israel por la lamentable intervención de su Ejército en Gaza. Como siempre, ninguna se ha convertido en sanciones efectivas hacia Israel. Sólo surgieron algunas respuestas desde el mundo árabe, Turquía rompió relaciones con el país hebreo, Jordania, Sudáfrica y Mauritania seguirían por el mismo camino.

En un vídeo difundido a través de su cuenta en Facebook, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, rechazaba todas las imputaciones. “Israel está actuando contra terroristas, estamos protegiendo a nuestras familias: ustedes harían exactamente lo mismo”.

El premier israelí se mira en el mismo espejo que Trump, ambos buscan la restauración del respeto internacional, uno reiterando el lema “American First”, otro reafirmando su postura ante sus enemigos en medio Oriente. La declaración de Zvi Barel en el matutino israelí Haaretz, dicho con tono irónico esboza claramente la mentalidad de los funcionarios hebreos: “Nuestra industria clave es la guerra, no la paz o el diálogo con nuestros vecinos. Sólo queremos a los árabes como enemigos”.

Donald Trump y Benjamín Netanyahu, socios, aliados, son imitadores de la teoría de la provocación, de la ruptura con los acuerdos previos y del rechazo al diálogo. Amantes del monólogo, se recuestan en sus aliados internos. Así, Israel se apoya en las fuerzas armadas, en donde el ejército israelí cuenta con buena prensa entre su comunidad a pesar de sus acciones desmedidas. En este sentido, hay un valioso análisis del profesor Álvarez Ossorio, quien sostiene que “el Ejército es la institución mejor valorada por la sociedad israelí. Ante un contexto hostil, es capaz de responder a cualquier amenaza vital a su integridad. De esta manera, el Ejército se ha convertido en un actor clave en la escena política y ha logrado imponer su narrativa al conjunto de la sociedad”.

Con respecto al apoyo incondicional recibido por parte de EEUU el diario hebreo Haaretzen expresaba en su editorial que “el respaldo sin reservas que Donald Trump da a Israel ha liquidado el poder de la comunidad internacional de usar la diplomacia para modular el comportamiento de Israel. Bajo los auspicios de un presidente estadounidense que da a los israelíes zanahorias y palos a los palestinos, Israel desprecia las respuestas internacionales al baño de sangre en Gaza. La sensación de inmunidad es peligrosa. Trump no es el único gobernante y su mandato es limitado”.

La inmunidad israelí a la rendición de cuentas internacional se debe a una “combinación de factores”, afirma Ignacio Álvarez-Ossorio, profesor de Estudios Árabes de la Universidad de Alicante. “De una parte, el apoyo sistemático que Israel recibe de EEUU, que le otorga un cheque en blanco a la hora de golpear a los palestinos sin utilizar ningún tipo de proporcionalidad. De otra parte, está la incapacidad de la Unión Europea para obligar a Israel a respetar los compromisos adquiridos sobre relaciones comerciales, que condicionan su aplicación al respeto de la legalidad internacional”, sostuvo Álvarez-Ossorio, quien es, además, coordinador de Oriente Próximo en la Fundación Alternativas.

Benjamin-Netanyahu y Cartes Imagen: EFE

Por su parte, Palestina denunció este martes a Israel por crímenes de guerra y otros delitos ante la Corte Penal Internacional (CPI) en La Haya. El ministro de Asuntos Exteriores palestino, Riad Malki, presentó a la fiscal de la CPI, Fatou Bensouda, un escrito con cargos para que el tribunal investigue “crímenes y violaciones” en relación con la “actividad colonial israelí bajo la ocupación en los asentamientos de Cisjordania y Jerusalén Este”. En el pedido, se incluye la reciente muerte de 60 manifestantes palestinos en la frontera de la franja de Gaza por ataques directos de soldados israelíes.

“Al mantener y ampliar los asentamientos, Israel comete crímenes de guerra y contra la humanidad, y el crimen de apartheid contra el pueblo palestino”, esgrimió Malki en una rueda de prensa, “Los crímenes siguen perpetrándose, y nadie hace nada. Hay un silencio mundial ante la situación, cuando el principal pilar de la paz es la justicia, y por eso el Estado de Palestina busca justicia, no revancha”, concluyó el ministro de Asuntos Exteriores palestino.

Riad Malki ha invocado la condición de Estado miembro desde hace tres años en el Estatuto de Roma, para reclamar a la fiscalía de la CPI que analice todo lo denunciado. El reclamo incluye la matanza de civiles sin causa legal, la expulsión de población palestina en los territorios ocupados, la apropiación ilegal de sus tierras, la demolición de sus casas y locales, y la política de Israel de «detenciones arbitrarias”.

“El régimen colonial practica el desplazamiento forzoso de población palestina y la transferencia ilegal de ciudadanos israelíes a un territorio bajo ocupación para perpetuar así su presencia (…) lo que incluye la expansión de los asentamientos y de sus infraestructuras vinculadas, como el Muro (barrera de separación), y el bloqueo a la franja de Gaza”, sostuvo Riad Malki en un comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores palestino.

Para Haizam Amirah Fernández, investigador principal del Real Instituto Elcano, “los Gobiernos israelíes cuentan con un grado de impunidad en sus políticas hacia los palestinos que es impensable en el caso de cualquier otro país considerado democrático. Israel emplea el argumento de la seguridad nacional y la lucha contra el terrorismo”. Además, considera que Israel ha logrado que la población palestina quede en un último plano en el análisis de las crisis de la región. “La duda es durante cuánto tiempo más conseguirá mantener esa actitud pasiva de países clave, más allá de EE UU”, sostiene a modo de advertencia.

“El gobierno derechista de Netanyahu se siente protegido por la Administración de Trump. Sin embargo, Israel tiene cada vez peor imagen internacional, y esto debería preocupar a los israelíes”, afirma el analista Amirah Fernández, quien cita el ejemplo de la votación en la Asamblea General de la ONU del pasado 21 de diciembre, en la que un total de 128 Estados votaron a favor de la resolución que rechazó la declaración de Trump de reconocer a Jerusalén como capital israelí y otros 35 se abstuvieron. “EE UU e Israel tan solo lograron el apoyo de seis países de insignificante peso internacional”, concluyó Fernández.

Mientras Israel siga siendo un aliado estratégico clave dentro de EEUU y en Medio Oriente, gozará de privilegios y de un blindaje especial. En es ese escenario, continuaremos viendo la misma película una y otra vez. Tal vez, cuando cambie el director de la potencia americana y Netanyahu pase a la historia, podríamos ver una escena con una devolución más amigable para el pueblo palestino. Por ahora, sólo le han otorgado un triste papel de reparto a quien nadie le presta mucha atención.

Informe de Euronews

EEUU se queda solo ante la ONU en su defensa de Israel

*Analista Internacional

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