noviembre 20, 2025

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Repensando la aldea global

Cómo preparase ante una tormenta de polvo o arena

Por Walter Calabrese*

Las tormentas de polvo y de arena son unos de los fenómenos más violentos, inesperados e impredecibles de la naturaleza. Los vientos fuertes pueden levantar partículas de polvo o arena en el aire, y así formar una nube turbulenta y sofocante que puede disminuir la visibilidad en la ruta o en las calles de una ciudad, incluso hasta se puede volver casi nula en pocos segundos y provocar daños en autos, transeúntes, propiedades, pudiendo provocar serias lesiones o víctimas fatales.

No importa el lugar en el que vives o si estás de viaje, siempre es una buena idea saber qué hacer si ves avanzar un muro de polvo o arena avanzando hacia ti.

Qué hacer antes, durante y después de una tormenta de polvo

La prevención y la preparación ante estos eventos climáticos son clave para proteger su vida y la de su familia. Para ellos es imprescindible saber qué hacer antes, durante y luego de un evento climático riesgoso.

Antes de la tormenta

Monitoree los pronósticos: Observe el cielo y preste atención a las alertas meteorológicas para saber cuándo se espera una tormenta de polvo. Si ve una nube densa no salga de su casa y no conduzca su auto. Infórmate de las condiciones de viento y evolución del evento a través de los organismos oficiales y por medios de comunicación.

Prepare su hogar: Cierre todas las puertas y ventanas. Configure su aire acondicionado en modo de recirculación para evitar que entre polvo del exterior. Considere instalar un purificador de aire con un filtro de alta eficiencia si vive en una zona propensa a estas tormentas.

Prepare un kit de emergencia: Tenga a mano suministros como alimentos enlatados, agua y linternas, y verifique que los artículos no estén vencidos. Es recomendable tener una mochila de emergencia en el auto y en la vivienda.

En el campo: Procura mantener, especialmente a hembras por parir y crías, en lugares protegidos. Que los animales queden a resguardo.

Durante la tormenta

Permanezca en interiores: Si ya está en casa, quédese dentro y lejos de las ventanas y puertas exteriores. Cierre las puertas, ventanas y rejillas de ventilación, apague el aire acondicionado y no deje a las mascotas en el exterior. Cubre depósitos de agua y alimentos para evitar que le caiga polvo y tierra.

Si está en la calle: Busque refugio en un edificio inmediatamente. Si no es posible, cúbrase la nariz y la boca con un pañuelo o máscara (preferiblemente una mascarilla N95) y los ojos con gafas para protegerse del polvo y los escombros voladores. Proteja su rostro y piel expuesta. Nunca te frotes los ojos. Si se irritan, enjuágalos con abundante agua. Las tormentas de polvo pueden durar varios minutos y como máximo una hora, quédese donde está hasta que pase la tormenta de polvo. Evitar las aglomeraciones de gente. Además, hidrátate regularmente, en especial si las temperaturas son elevadas.

Si está conduciendo: Reduzca la velocidad y encienda las luces. Saque su vehículo del camino y deténgase en un lugar seguro. Apague las luces del vehículo para que otros no confundan sus luces de emergencia con las de otro coche en movimiento. Quédese dentro del vehículo con los cinturones de seguridad puestos hasta que la tormenta pase. Evite conducir hacia o a través de una tormenta de polvo, pero no se detenga en un carril de circulación o de emergencia. Busque un lugar seguro para salir completamente de la ruta. No espere hasta que la mala visibilidad dificulte salir de la carretera de manera segura.

Evitar mojarse: Hay que evitar mojarnos y permanecer así, la humedad constante puede causar ciertas reacciones respiratorias.

Cuidarse de los objetos: Los fuertes vientos pueden impulsar objetos por el aire pudiendo causar lesiones. Busca refugio en una estructura estable.

Si te encuentras con un grupo de personas: Permanece junto a ellas. En una tormenta de polvo te puedes desorientar fácilmente.

Si estás acampando o de excursión: Si estás en una zona completamente abierta, ponte en cuclillas o agáchate, cúbrete con la mochila, saco de dormir o una manta protegiendo tu cabeza y espalda.

Después de la tormenta

Revise la calidad del aire: No asuma que es seguro salir inmediatamente después de que la tormenta haya pasado. El polvo puede permanecer en el aire durante días.

Limpie las superficies: Si los alimentos se vieron afectados por el polvo, límpielos bien. Si los alimentos o recipientes se han dañado, deséchelos o no los consuma.

Busque atención médica si es necesario: Si experimenta problemas para respirar, o si tiene alguna herida, busque atención médica. Si tuvo alguna herida, lávela bien con agua limpia y jabón. 

Siga las instrucciones del Servicio Meteorológico Nacional (SMN): pueden existir todavía condiciones peligrosas adicionales, atienda los sistemas de alerta.

Si iba en el auto: luego de salir de la ruta, tome las precauciones necesarias y regrese de forma segura al asfalto.

Otras recomendaciones

1. Cuida tu cabeza. Si no tienes una máscara para cubrir el rostro, envuélvete un pañuelo o algún otro pedazo de tela alrededor de la boca y la nariz.

2. Protégete los ojos. Los lentes normales te brindarán una protección mínima contra el polvo o la arena que vienen volando, pero las gafas herméticas son mejores. Si no tienes estas últimas, protégete la cara con un brazo cuando avances y envuélvete la cabeza con un pedazo de tela ajustado para protegerte los ojos y los oídos.

3. Siempre busca refugio. En la medida de lo posible, tu mejor opción será entrar a un lugar cerrado. Sin embargo, cualquier estructura “a sotavento” (que te protege de la dirección en la que viene el viento) de la tormenta será mejor que nada. La arena rebota al golpearse contra los objetos, así que de todas maneras debes tratar de cubrir la mayor parte que puedas de tu piel y tu rostro.

Si no puedes hallar un refugio, ponte de cuclillas. Esta posición reduce la probabilidad de que algún objeto que esté volando te golpee.

4. Busca lugares seguros. No te eches en una zanja, pues podría ocurrir una inundación repentina incluso si no está lloviendo en el lugar donde te encuentras. En la nube de polvo, la lluvia generalmente se seca antes de llegar al suelo, pero podría estar lloviendo cerca y las zanjas, arrojos y otras áreas hundidas podrían inundarse rápidamente.

Si estás en dunas de arena, no busques refugio en el lado que está a sotavento de alguna de ellas. Los vientos fuertes pueden levantar grandes cantidades de arena muy rápidamente y podrías terminar enterrado en ella.

5. Protégete de los objetos que están volando. Busca una roca grande o algún accidente geográfico para protegerte al menos de manera parcial. Cubre la mayor parte de tu cuerpo que puedas para protegerte de la arena que está volando. La arena impulsada por el viento podría lastimarte, pero los vientos fuertes de una tormenta de polvo pueden llevar consigo objetos más pesados y más peligrosos. Si te quedas sin refugio, trata de mantenerte cerca del suelo y protégete la cabeza con los brazos, una mochila o una almohada.

6. Espera a que termine la tormenta. No intentes avanzar a través de la tormenta, pues es demasiado peligroso. Quédate donde estás y espera a que pase antes de ir a otra ubicación.  Si puedes llegar rápidamente a dicho refugio antes de que la tormenta de polvo te alcance, ve lo más velozmente que puedas y quédate adentro. Cierra todas las puertas y ventanas, y espera a que pase la tormenta.

Si estás con otras personas, quédense juntos para que sea mucho menos probable que alguien se pierda.

7. Debes estar preparado en caso de una emergencia. Si estás en un área donde suelen ocurrir tormentas, siempre debes estar consciente de que podría haber una. Si vas a estar en exteriores por un periodo de tiempo largo, ponte mangas largas y pantalones para proteger tu cuerpo. Lleva un morral o ten una caja en el baúl del auto con artículos que podrías necesitar en el caso de que haya una tormenta de polvo o arena. Completa tu kit de emergencia con los siguientes elementos:

Una máscara diseñada para filtrar partículas pequeñas;

Unas gafas herméticas;

Una fuente de agua;

Una manta abrigadora, en el caso de que sea una tormenta de polvo de invierno, pues podría provocarte rápidamente una hipotermia.

Consejos

De ser posible, evita los lentes de contacto en áreas propensas a las tormentas de polvo. Incluso pequeñas cantidades de polvo transportado por el aire pueden provocar irritación en los ojos y problemas de visión para las personas que utilizan lentes de contacto. Lleva tus lentes si vas a trabajar o viajar en un desierto.

En los climas desérticos, con frecuencia los vehículos pueden crear sus propias minitormentas de arena. Esto es un problema en el caso de las caravanas de vehículos, pues las nubes de polvo constantes causan estragos en las partes en las que se avanza y la menor visión puede provocar accidentes. Además, podría contribuir a que las personas que viajan en estas caravanas presenten problemas respiratorios, así que lleva una máscara y protección para los ojos si vas a atravesar el desierto en un vehículo abierto.

No te alejes del grupo. Si vas a viajar con un grupo, no te aventures solo en un tormenta de polvo, pues podrías terminar completamente perdido en un abrir y cerrar de ojos. Los miembros de un grupo deben permanecer juntos y agarrarse de las manos o los brazos. Si es indispensable que alguien deje el grupo, por ejemplo en el caso de alguna situación especial o discapacidad, esta persona debe estar asegurada con una soga (con el otro extremo sujeto alrededor de alguien que se quede con el grupo), de modo que pueda regresar sin problemas.

Las tormentas de polvo varían en tamaño y duración: la mayoría son bastante pequeñas y solo duran unos cuantos minutos, mientras que las más grandes pueden extenderse por cientos de kilómetros, elevarse más de un kilómetro y medio, y durar varios días. Las condiciones ideales para que se dé una tormenta de polvo son las mismas que para las tormentas eléctricas y, por lo general, estas llegan acompañadas con rayos.

Advertencias

Nunca entres a una tormenta de polvo a propósito. Si puedes evitar quedar atrapado en una, no pruebes tu suerte.

Las tormentas de polvo pueden ser especialmente peligrosas para las personas que tienen funciones respiratorias disminuidas o un sistema inmunológico debilitado. Inhalar incluso pequeñas cantidades de polvo podría provocar complicaciones letales para las personas que ya tienen dificultades para respirar.

Si es posible, evita operar aeronaves en vuelos a baja altura durante una tormenta de polvo o cuando haya condiciones para que se forme una. Operar este tipo de aeronaves, como los helicópteros, es extremadamente peligroso en una tormenta de polvo. La visión puede pasar de ser de varios kilómetros a cero en cuestión de segundos, y tendrás que depender de tus instrumentos para poder “ver”. Además, es posible que el motor absorba la arena, lo que podría provocar fallos mecánicos catastróficos. Las aeronaves, como cualquier otro vehículo, también pueden crear sus propias minitormentas de arena y las personas que están en la pista deben tomar precauciones durante el despegue y el aterrizaje para protegerse. Asimismo, en ambientes desérticos, los aviones no deben moverse con su propio impulso más de lo necesario para evitar el riesgo de que el polvo entre en el motor antes de que si quiera empiecen a volar (sin embargo, la mayoría de los aviones ligeros con motores alternativos tienen filtros de aire).

Fuente: wikiHow, Sistema Integral de Atención Ciudadana (SIAC), de Chile.

*Periodista