Argentina

Islas Malvinas: un largo camino a casa

Por Walter Calabrese

Hoy se conmemora el Día del Veterano y de los Caídos en la Guerra de Malvinas. Lo primero que tenemos para decir es que les mandamos un fuerte abrazo a todas las familias de los combatientes, pues recordamos el valor de aquellos jóvenes soldados para defender nuestro territorio.

En segundo lugar, es una ocasión para hacer un balance de lo sucedido en este último año en las relaciones con Gran Bretaña para negociar el tema de la soberanía. Para iniciar ese recorrido retrospectivo viajamos en el tiempo hasta mediados de septiembre de 2016 para encontrarnos con la firma del polémico acuerdo firmado por el gobierno nacional con el Reino Unido. En un documento firmado el 13 de ese mes, la canciller Susana Malcorra y el ministro de Estado para Europa y las Américas, Alan Duncan, se selló una serie de polémicos acuerdos en donde la Argentina cede recursos renovables y no renovables.

“Renunciamos a todas las medidas administrativas, legislativas y judiciales que se habían tomado para proteger sus recursos naturales frente a la explotación ilegal de la pesca e hidrocarburos”, fue una de las críticas que se escucharon inmediatamente tras el comunicado conjunto en el que se omite mencionar la controversia de la soberanía. A la vez, se acordó remover todos los obstáculos que puedan limitar el crecimiento económico y el desarrollo sustentable de las Islas Malvinas, con esto se allanaba el camino para la libre navegación, pesca y la exploración y extracción petrolera.

Del documento firmado, sólo puede rescatarse el acuerdo para identificar a los soldados argentinos que están enterrados en Puerto Argentino, una necesidad imperiosa para sus familiares.

No se entiende la concesión de pesca y petróleo, era inapropiada por muchos motivos, pero mayor aún porque el presente de Gran Bretaña con el Brexit brindaba una posibilidad de acercamiento con la Unión Europea. El Brexit podría restar apoyos europeos a Londres, que ya no contaría con la solidaridad y el respaldo que habían tenido sobre la cuestión Malvinas. Debemos recordar que el Tratado de Lisboa de la UE,  actualizado en 2009, reconoce a las Islas Malvinas como territorio británico. Ese dilema político en donde Bruselas bloqueaba todos los reclamos argentinos podría diluirse rápidamente ante la salida del Reino Unido de la UE.

Una Europa sin Gran Bretaña es un escenario internacional sin precedentes, que incluso impactará fuertemente sobre la vida y economía de los kelpers. Los isleños perderán los tratados que los habilitaban a exportar a Europa sin barreras arancelarias: el 70 por ciento del PBI kelper depende de lo venden a la UE, son unos 230 millones de euros anuales, y el 95% de esos ingresos son por exportaciones pesqueras. Al mismo tiempo, Europa aporta 1 millón de euros anuales en subsidios para dinamizar la economía de la isla, en particular, turismo y petróleo.

En esos días de septiembre del año pasado, las distintas fuerzas políticas criticaron duramente el documento firmado por el gobierno y concordaron en que debería ser aprobado por el Congreso. Desde el massismo, calificaron al acuerdo como “un mal preacuerdo e innecesario”.

Es realmente llamativo cómo se llegó a esta decisión cuando el contexto internacional comenzaba a tener nuevas variables que podían favorecer a la Argentina.

Ernesto López, Sociólogo, ex embajador en Haití y en Guatemala, remarcó que “una cosa es neutralizar la cuestión de la soberanía mientras ninguna de las partes se queda con nada y otra es aceptarla cuando una de las partes se autoarroga la facultad de llevarse lo que quiera”, en alusión al criterio de mantener las cuestiones de soberanía bajo un paraguas, como se había acordado en 1989.

Para redondear el entuerto, unos días después de la firma de dicho tratado, el presidente Macri afirmó que en una charla que mantuvo informalmente en Nueva York con Theresa May, la premier británica había manifestado una buena disposición para conversar sobre la soberanía de las islas. Inmediatamente, fuentes diplomáticas del Foreign Office negaron categóricamente tal conversación: “nunca se habló de la soberanía de las Islas Malvinas en esa reunión informal que mantuvieron May y Macri en EEUU”. También los medios de Gran Bretaña reaccionaron ante las inexplicables declaraciones del presidente argentino. ¡Papelón internacional sin precedentes!
No era el primer desliz de Macri con el tema. Antes de llegar a la presidencia Macri afirmó: «Nunca entendí los temas de soberanía en un país tan grande como éste […] Las Malvinas serían un déficit adicional para el país».

Vale la pena citar a dos especialistas en el tema en una nota que escribieron para el diario La Nación, Caputo, canciller durante la presidencia de Raúl Alfonsín y Cisneros, vicecanciller durante la presidencia de Carlos Menem:

«Macri incluso afirmó que mantener las islas sería muy caro, lo cual en el planeta CEO podría señalar -lejos de un beneficio- un peligro para la estabilidad macroeconómica del país. Después de todo, ¿cuál es la calidad del asesoramiento internacional a un presidente que, luego de una charla de pasillo con la premier británica, convocó a una conferencia de prensa para anunciar que acordaron discutir la soberanía?
El problema no está en lo que dijo, sino en la ausencia de una visión política. Las Malvinas son más que un territorio, su superficie y su costo, se necesita un criterio que exceda lo inmobiliario. En un país que se ha quedado sin «pegamento social,» representan uno de los pocos temas que reúnen a una amplia mayoría de argentinos. La solución no es imposible, pero requiere de estadistas que posean cierta idea de la Argentina».

El desdén con la que la administración de Cambiemos trata el tema Malvinas siguió con otro desaguisado: Carolina Stanley, ministra de Desarrollo Social, había realizado un saludo de fin de año con una imagen de la Argentina en la que faltaban las Islas Malvinas. Fue denunciada por traición a la patria en el Juzgado Federal de Ariel Lijo.

Y el listado sigue, el 2 de marzo de este año subió la tensión con Brasil por los vuelos de aviones británicos a Malvinas desde el país vecino. Esto significa claramente desconocer el acuerdo del Mercosur, que instaba a no permitir el uso de los aeropuertos a naves inglesas que fueran hacia las islas argentinas. En su momento, este conflicto fue confirmado por el Ministro de Defensa Julio Martínez.

En 2016 hubo 6 vuelos militares de la Real Fuerza Aérea Británica que pasaron hacia las islas haciendo escala en territorio brasileño. Durante 2015 se avistaron 15 vuelos. Algunos analistas internacionales dan cuenta de que se estaría incrementando “encubiertamente” la capacidad de armamentos en las Islas Malvinas.

Sin duda, sin visión política y sin patriotismo es muy difícil abordar un tema tan sensible para los argentinos como lo es la soberanía de nuestras Islas Malvinas. Peor aún, el gobierno de Cambiemos ya se arrodilló ante EEUU con la compra de armas y la consecuente sumisión a sus deseos y necesidades políticas en la región.

Ni siquiera se vislumbra un gesto de patriotismo en este gobierno, Macri sólo busca pavonearse ante el mundo como el cambio que reinstalará a la Argentina en el escenario internacional. Pero no entiende todavía que para ello hay que tener mentalidad de un estadista, algo que no abunda entre estos funcionarios.

Así, mirando a nuestras Islas Malvinas como algo costoso para el país y cediendo espacios para la pesca y el extractivismo de hidrocarburos, sólo estamos deshonrando a los soldados que pelearon para cuidar nuestra tierra.
Habrá que esperar que asuman dirigentes con conciencia patriótica. Hasta que ello suceda, a nuestras queridas Islas Malvinas le queda un largo camino de regreso a casa.

 

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